Por que nos emparejamos con quien nos emparejamos




Tener pareja, amar a otro constituye uno de los centros principales de nuestra vida desde la adolescencia. El amor y su ausencia provoca grandes alegrías y grandes sufrimientos.

Elegir pareja no depende sólo del flechazo o la casualidad. Elegir pareja nos genera muchas emociones, y sólo el tiempo nos hará tomar conciencia de la decisión tomada. En muchas ocasiones el final no es feliz, no logramos escoger a la pareja adecuada.

En la elección de pareja colocamos muchas expectativas algunas idealizadas de bienestar y placer, dejando a un lado determinados aspectos de la realidad. Esperamos, sin darnos cuenta, que el otro llene nuestras carencias, resuelva nuestras dificultades, proyectamos en el otro deseos, necesidades, miedos, lo que siempre hubiéramos querido...

Si pensamos en que procesos nos llevan a elegir una u otra persona, debemos remitirnos en gran parte al inconsciente de ambos. En gran parte está intrincado en las relaciones padres e hijos, y en como estas nos han estructurado y organizado a nivel psíquico.

La relación de nuestros padres, o personas que hayan ejercicio esas funciones no sólo influyen en nuestra elección de pareja, si no en nuestra forma de crecer y afrontar la vida.

Parece claro que la relación de apego que se haya tenido con los padres (junto con otras cuestiones) determinará que alguien nos atraiga.

Las tres relaciones fundamentales con las siguientes:
  1. La relación que tiene el bebé con la madre y el padre
  2. La relación de pareja que tienen los padres
  3. La relación que independientemente tiene el hijo con la madre y el padre durante todo su desarrollo desde el nacimiento hasta la adolescencia.

Si el bebé tiene la suerte de contar con unos padres que comprenden y atienden su indefensión con cuidado y mismo, unos padres dispuestos a pensar los propios estados mentales del bebé por él, unos padres que respetan sus necesidades, generarán en el bebé la confianza necesaria para vivir y poder crear un modelo de relación, donde el otro, podrá aportarle una buena experiencia amorosa.


Si esto no ocurre así se le hará difícil confiar en el amor y en poder compartir su vida con otra persona.

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