La felicidad
A
lo largo del siglo XX nace un gran interés por estudiar de forma
científica algo que había sido desde los inicios de nuestra
historia foco de gran reflexión, el bienestar humano y la felicidad.
Un estudio que era más cercano a la filosofía que a la ciencia y
había acompañado al hombre desde la Antigua Grecia, ya Aristóteles,
Platón o Epicuro se preguntaba que era llevar una vida feliz, una
buena vida. También las diversas religiones y prácticas filosóficas
han escrito mucho sobre este concepto. Este concepto griego cambió
tras la ética Kantiana en la que “el placer” o “la vida buena”
dejan paso a una nueva concepción del deber y de la proyección
vital. Más recientemente, Alarcón (2006) definió la
felicidad como un estado afectivo de satisfacción plena que
experimenta subjetivamente un individuo cuando está en posesión de
un bien anhelado.
La felicidad por lo
tanto, es algo que experimenta una persona de forma completamente
subjetiva, además es algo temporal y referido al momento presente,
el bienestar tiene un sentido más duradero. Por bien anhelado
Alarcón se refiere no sólo a objetos materiales, si no a
situaciones, estados… es decir cualquier “cosa” a la que la
persona le atribuya un valor capaz de generarle un sentimiento
positivo.
El bienestar ha sido
estudiado desde la filosofía desde dos corrientes de estudio
diferentes, una relacionada con la felicidad (bienestar hedónico) y
otra más ligada al desarrollo de la propia persona, de su potencial
humano (bienestar eudaimónico) que podríamos relacionar con la
psicología, el crecimiento personal.
El bienestar hedónico
estaría basado en la presencia de afecto positivo y la ausencia de
afecto negativo. La psicología hedónica es precisamente la que
estudia «qué hace que la vida y las experiencias sean placenteras y
displacenteras». Mientras que el componente eudaimóniconos habla de
la forma en que vivimos para lograr una vida plena, una vida en la se
desarrollen los mayores potenciales humanos posibles. Estaría
centrado en la realización de actividades personales que dan
satisfacción y sensación de logro.
De que se trata entonces
el bienestar psicológico es un concepto dinámico y con
múltiples facetas, forman parte de él elementos subjetivos,
sociales y psicológicos, incluida la salud que también formaría
parte.
A lo largo del s. XX los
estudios y definiciones sobre la felicidad y el bienestar han sido
cuantiosas y nos han aportado distintas visiones de ambos conceptos.
Algunos de los autores más imporantes la han definido así:
Según Frisch (2006, p.
90) que la felicidad equivale a calidad de vida, y podría definirse
como la medida en que las más importantes necesidades, metas y
deseos se han completado. Estaría en línea con las variables que
propone Alarcón (2000) como predictoras de la felicida y que son
satisfacción con la vida y frecuencia de afectos positivos.
Seligman (2011)describe a
la felicidad también es de naturaleza subjetiva. Y la define por la
medida de la satisfacción en la vida en base a tres aspectos:
emoción positiva, involucramiento y significado.
Todas las definiciones
tienen puntos en común basados en tener satisfacciones y afectos
positivos, sentirse involucrado en el medio social y tener un
proyecto vital propio.
El
balance que la persona hace sobre su vida y su felicidad siempre es
en base a los otros, sus relaciones con otras personas, su
integración en las mismas, sus actividades… realizamos
comparaciones de lo que somos y lo que tenemos frente a los que
tenemos alrededor continuamente.
Muchos
estudios sociológicos y psicológicos han mostrado la importancia
del dinero hasta un umbral determinado a partir del cual no
proporciona la felicidad.
Como
conclusión, no debemos perder de vista, uno de los objetivos
fundamentales de la psicología, que no es otro que procurar que la
gente viva más feliz
. Lograrlo no es un proceso sencillo, y requiere un trabajo
multidisciplinar que iría desde la educación y apego generado en la
familia, a la escuela, hasta el trabajo personal de cada uno…
El
trabajo desde el campo psicológico debe moverse para mejorar las 6
dimensiones propuestas por Ryff, que de alguna forma son las mismas
que otros psicólogos e investigadores proponen como base fundamental
de la felicidad, del “sentirse bien con uno mismo y con los demás”.
En
primer lugar la autoaceptación, tener una buena autoestima, nuestra
autoimagen… es fundamental para sentirnos a gusto en nuestra propia
piel, para conocer nuestras limitaciones y nuestros puntos fuertes.
Ser una persona segura nos ayudará a tomar decisiones. Para mi está
muy relacionado con la autonomía, otra de las dimensiones. Tener
criterios propios y no depender de los otros. Debido a la era de las
comunicaciones que vivimos y al bombardeo mediático, es muy
importantes ser capaces de juzgarnos por nuestras propias ideas y
valores y no por las impuestas desde los medios de comunicación.
Fundamental
es tener relaciones positivas con otras personas, podemos ayudar
desde el campo de la psicología desde el trabajo en habilidades
sociales. Lo que nos ayudará en nuestra sensación de dominio del
entorno, nos sentiremos parte del mismo y por lo tanto no tan “en
manos” de los otros.
Tener
un propósito en la vida, un proyecto personal está muy relacionado
con el crecimiento personal. Necesitamos sentir que somos capaces de
desarrollar nuestras habilidades, nuestro potencial, necesitamos
sentir logro y somos capaces de alcanzar algunos objetivos.
Desde
las consultas, los centros docentes e incluso los departamentos de
recursos humanos, que tan alejados suelen estar de estas
preocupaciones, los psicólogos tenemos mucho que hacer para que las
personas se sientan más a gusto en su piel, que en definitiva
redundará en mayor felicidad. La aceptación de uno mismo, la
mejoría en las relaciones personales en todos los ámbitos, la
motivación para ponernos objetivos y lograrlos, son fundamentales.
También es muy importante desde nuestro campo trabajar el tema de
las creencias inmutables y los tabús, que las personas sientan
libertad de acción y elección es muy importante para su propia
felicidad.
REFERENCIAS
Alarcón, R. (2000)
Variables psicológicas asociadas con la felicidad, Persona, 3,
147-157
Alarcón R. (2009)
Psicología de la felicidad. Lima: Universidad Ricardo Palma
Alarcón;
R. (2006). Desarrollo de una escala factorial para medir la
felicidad. Revista
Interamericana de Psicología, 40 (1),
99-106
Basson, N. (2008) The
influence of psychosocial factors on the subjective well-being of
adolescents, Thesis M.S., Department of Psychology at the University
of the Free State, Bloemfontein, South Africa
Frisch, M. (2006) Quality
of life therapy: Applying a Life Satisfaction Approach to Positive
Psychology and Cognitive Therapy, Hoboken, N.J.: John Wiley &
Sons Inc
Restrepo, J. (2004) El
zumbido y el moscardón: Taller y consultoría de ética
periodística. México D.F.: Fundación para un nuevo periodismo
Iberoamericano/Fondo de Cultura Económica
Seligman, M. (2011)
Flourish: A Visionary New Understanding of Happiness and Well-being,
New York: Free Pres
Blanco,
A. & Díaz, D. (2005). El bienestar social: su concepto y
medición. Psicothema, vol. 17 nº 4, pp. 582-589.
Díaz,
D. Rodríguez-Carvajal, R., Blanco, A., Moreno-Jimenez, B., Gallardo,
I.,Valle, C. y Van Dierendonck, D., (2006). Adaptación española de
las escalas de bienestar psicológico de Ryff. Psicothema, vol. 18
nº3, pp. 572-577.
Comentarios
Publicar un comentario