Función materna y paterna I



  

Lo imprescindible no es un hombre y una mujer, si
no un ADULTO capaz de pensar en y por el bebé

¿Se es padre desde que nace el hijo, sin más?

Ser padres no solamente tener un hijo, requiere llegar a serlo, y ese no es un camino fácil. Lamour y Barraco (1998) hablan de la parentalidad como un proceso madurativo, es decir, una serie de reajustes psíquicos y afectivos que permiten a los adultos responder a las necesidades corporales, afectivas y psíquicas de sus hijos.


Cada familia funciona de forma diferente y creará relaciones diversas.


Dentro de la relación paterno-filial se producirá el desarrollo interactivo del niño en función de sus propias necesidades, deseos, afectos y defensas en relación con sus padres y la función familia estará formada por un espacio de vínculos que exceden a la familia nuclear convencional y cuya labor seguirá siendo sostener y contribuir a la formación psíquica de los hijos (Manzano, 2008). En todo este proceso psíquico entran en juego las funciones materna y paterna.


El resultado será también diferente. El apego (del que tanto se habla ahora).


La familia es una especie de laboratorio donde se produce la estructuración del sujeto en base a las figuras parentales que lo acompañan. No es suficiente un sustento nutricional, económico y educativo para la conformación y estructuración del niño. La provisión de afecto, la libido es lo que permite el bebé recién llegado insertarse en las dinámicas sociales por medio del reconocimiento de sus padres y lo que le permitirá en el futuro vincularse, tener relaciones de apego que serán diferentes según sus vivencias infantiles. (Vanegas y otros, 2013).


Madre y padre ¿Misma función? ¿funciones diferenes?


Winnicott (1981) junto con otros autores relacionales como Fairnairn o Horner hablaban del  padre es un objeto organizador del psiquismo del niño, y la madre es quien vehiculiza, hace posible, distorsiona o niega la función del padre como facilitador del proceso de separación-individuación. 
Aclaremos que donde decimos madre o padre, no necesariamente serán la madre o padre, si no personas importantes para el niño que ejercen funciones masculinas o femeninas. 
Continuará...





Comentarios

  1. Bien explicado y muy de acuerdo. Únicamente queda en el aire la cuestión relativa a si verdaderamente las dos funciones materna y paterna son independientes de la corporalidad. Muchos colegas afirmáis que lo son, mientras que otros sostienen que el cuerpo de la madre no es fácilmente sustituible tras el nacimiento por otros cuerpos, ya que para el neonato es muy preferible poder captar los ritmos y sonidos maternos en una continuidad con su estado fetal. Para mí es una cuestión que permanece abierta y que tiene consecuencias prácticas: por ejemplo, siendo claro partidario de la custodia compartida, dudo de que nada más nacer el bebé deba permanecer iguales periodos con su padre y con su madre. La reflexión apunta en última instancia a la hilflosigkeit y a la prematuración fetal, que indican que el bebé debe continuar fuertemente unido al cuerpo y al psiquismo materno tras su salida al mundo exterior.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares