Día de las familias




Nuestras vidas, y las de nuestros antepasados han estado marcadas por nuestra pertenencia a unos determinados grupos domésticos, pues, es en ellos, donde tienen lugar muchas de las actividades que nos caracterizan y definen como seres humanos y es donde aprendemos nuestros primeros hábitos, tienen lugar nuestras primeras vinculaciones con otras personas que marcarán cómo nos relacionaremos en el futuro con otros semejantes en gran medida. 

Esto continua tan vigente como en la antigüedad, pero han cambiado las formas, las reglas del juego, incluso los protagonistas y la importancia que a ellos les damos. Tendremos que aprender a hablar de familias, en plural, y olvidarnos de denominaciones uniformes pues cada vez en mayor proporción, en las consultas, en las escuelas, como en todas las esferas de la vida, como psicólogos atenderemos pacientes provenientes de formas familiares muy diferentes y tenemos que estar preparados para ello. 

El concepto de familia lleva una serie de características asignadas desde la tradición social y simbólica: fliación por descendencia, distribución y aprendizaje de roles, la disposición para enfrentar el cambio y la provisión de afecto (Castelar, 2010). Actualmente, tenemos divorcios, segundos matrimonios, madres solteras por elección, madres o padres solteros sin otra elección, hijos fuera del matrimonio, parejas que conviven sin estar casadas, familias homosexuales, familias recompuestas, matrimonios transnacionales, personas que conviven sin tener vínculo familiar… Todas estas casuísticas aportan diferencias respecto a alguna de las características más habituales pero al mismo tiempo siguen teniendo grandes rasgos en común. 

Lo que realmente produce una ruptura con los modelos anteriores es el uso de las nuevas técnicas reproductivas. 

La reflexión profunda tendremos que hacerla también sobre cómo son gestados y cómo llegan al mundo estos bebés, se trata de algo hasta ahora inédito (la primera niña probeta Louise Brown, nacida en 1978, en Inglaterra). 

Las nuevas formas de nacer y de ser pensado como hijo y como padre o madre. Decir “madre solo hay una” se queda corto, puede haber una madre gestante, otra genética y otra social en algunos de los casos. También puede haber un padre donante y un padre social. El médico forma parte de alguna manera de la pareja, entra en su alcoba privada, la omnipotencia infantil entra también en juego, cuando sentimos que todo es posible y renunciamos a la realidad de la mano de la ciencia, que lo hace posible. 

Otra reflexión fundamental es el anonimato, la incertidumbre de los orígenes de los niños fruto de una donación. Todos estos nuevos fantasmas, son planteamientos que se deberán ir desarrollando en estos próximos años. 

¿Cómo explicaremos de dónde vienen los niños, a estos hijos? ¿Es necesario contárselo? ¿Qué información darles?¿Qué fantasía infantil sobre el inicio de la vida tendrán estos niños? ¿y sobre la sexualidad de sus padres y la propia? 

En resumen según Ansermet (Conferencia Cuando la ciencia supera la realidad, 2014) la ciencia introduce las siguientes disyuntivas: Entre sexualidad y procreación, entre procreación y gestación, filiación genética y filiación uterina (en el caso de la maternidad subrogada), disyunción entre filiación psíquica y genética (donación de óvulos o esperma), disyunción temporal (congelación de óvulos), disyunción de la diferenciación sexual (como necesario para la concepción de un niño), disyunción entre origen y filiación. 

Frente a estas grandes diferencias, tenemos el mantenimiento de la familia como institución en la base de nuestra sociedad. Las familias siguen teniendo un papel fundamental en la vida de las personas, un soporte social, afectivo y económico como hemos podido comprobar desde el inicio de la crisis económica española en el año 2008. 

Por lo tanto parece que son los roles que los miembros de una familia desempeñan lo que les aproxima a la denominación y no sólo la filiación. Para Rotemberg (2010) padres son quienes asumen serlo. Esto separaría de nuevo el concepto biológico. Bleichmar (2007) nos recuerda cómo ahora surge una gran preocupación por el desarrollo de los hijos en una familia homoparental pero no nos habíamos preocupado en exceso por los niños que crecen sin padres en un orfanato o los hijos de padres desconocidos etc. 

Además, destaca la importancia del deseo de hijo para su futuro bienestar. Las familias acompañan, educan, alimentan, se ocupan y preocupan por sus hijos de la misma manera independientemente de como las hayamos construido. 

Anuka Aguirre

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