Un relato, varios tabúes (#ovodonación #abortos)



En este post llega el segundo relato, esta madre valiente, cuenta no sólo sus pérdidas si no como logro a su bebé gracias a la ovodonación. 

La ovodonación es otro gran tabú en nuestra sociedad pese a ser una forma cada vez más habitual de lograr ser padres.


Aquí comienza el relato de A.L.

Todo empezó como cualquier pareja después de un tiempo juntos, queríamos tener hijos. Nos casamos un mes de agosto y en noviembre ya estaba embarazada, fue todo muy rápido, en enero pasé por quirófano, y este fue mi primer legrado.

Horrible sensación, tomas unas pastillas y el pequeño caé al orinar, se veía perfectamente un pequeño feto.

Vivir una operación de ese tipo cuando unos días antes te sientes llena, única, especial... pensado que llevas a tu hijo, es una experiencia muy desagradable.

La sala está fría, te sedan, cuando despiertas lo haces con una tremenda sensación de vació, sola, en la sala de reanimación no puede nadie acompañarte a pasar ese duro trance. Cuando por fin te suben, te encuentras con otros ojos vacíos, vacíos como los tuyos, mi madre y mi marido, están ahí. hasta la sala de reanimación y despertar de la anestesia sin ningún ser querido y nadie te acompaña hasta la sala de espera donde te encuentras con otros ojos, tan vacíos como los tuyos, e ya no hay nada dentro de ti.

Mi segunda pérdida fue un aborto bioquímico, la tercera ocurrió en la semana diez, se paró su crecimiento. El cuarto y último fue sin duda el peor de todos. Según las pruebas que me habían hecho tras las pérdidas anteriores, la heparina debía solucionar las anteriores complicaciones. Desgraciadamente entre la semana 12 y 13 de mi cuarto embarazo, los médicos vieron que tenía una malformación. Me dieron dos frías soluciones, continuar con el embarazo y ver si seguía adelante y hasta cuando incluso podría nacer muerto o vivo a término del embarazo pero con escasas posibilidades de vivir o interrumpir el embarazo.

Psicológicamente no estaba preparada si se daba el caso a que llegara a término y tener que enterrarle (luego supe que era un niño). Para terminar con el embarazo no me ayudaron en la seguridad social ni en el hospital, la situación me forzó a acudir a una clínica privada, al estar aún vivo y yo no correr peligro de vida, no me daban una solución. En esos momentos nadie piensa en el peligro psíquico que corre tu vida, en las secuelas psicológicas que puede dejarte esa situación.

Finalmente en una clínica privada llegó el día. Tuve que estar despierta con anestesia local solo para no sentir dolor, pero es mentira, para el dolor del alma y del corazón no hay calmante alguno que sirva, escuchas el ruido de como te lo aspiran como te lo arrancan de ti, me desmayé en la sala de operación, perdí visión y me bajaron las pulsaciones de la ansiedad que me produjo. Ese duelo me acompañó durante más de 3 años, pasando por una gran depresión que estalló cuando me quedé de nuevo embarazada de la que es hoy mi bebé arco iris, la depresión me acompaño en el embarazo, junto a ella dentro de mi. Cada vez que iba a una ecografía me daba miedo que su corazón no latiera, pero hoy doy gracias a que tiene 15 meses y me sonríe cada día.

Esta bebé milagro, esta bebé arco iris llegó gracias a la ovodonación, necesité recurrir a ello al descubrir que tenía un problema genético que provoca nacimientos con grandes deformaciones, con muy pocas posibilidades de que nazca un bebé sano.

No nos quisimos arriesgar más, y tomamos la mejor decisión para tener con nosotros un bebé feliz y sano.

No puedo hablar públicamente sobre este tema por que es otro gran tabú, la gente te juzga sin haber andado tus zapatos, te hacen sentir que ese hijo no es tan tuyo por haber recurrido a la ovodonación. ¿Tan importante es la carga genética?

Ser madre (o padre) se demuestra cada día, con nuestro amor y nuestros cuidados hacia nuestros hijos.

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