Mujer, deseo y sexualidad
Una amiga y
compañera de la carrera me recomendó hace unos días un libro
titulado “nacidas para el placer” (de Mireia Darder), leerlo me
ha hecho repensar en muchos temas sobre los que ya había leído y
visto tanto en el día a día como en el trabajo con mujeres, mujeres
que piden ayuda relacionada con su sexualidad, su feminidad, su deseo
…
No podemos negar que
la sociedad en la que vivimos desde miles de años a esto más
pendiente del deseo masculino que del femenino. El deseo sexual
masculino como símbolo de potencia, de poder, de buena saludad, como
orgullo incluso del que hablar con los amigos, deseo sobre el que se
invierte y se investiga si falla (pensemos en la viagra u otros
muchos medicamentos) mientras que el deseo sexual femenino parece
quedar relegado al romanticismo, al ser queridas, al dejarse hacer
sin proponer gran cosa, a no hablar mucho de ello. Pensemos por
ejemplo en la forma tan diferente de tratar la masturbación en uno u
otro sexo a nivel social, de una se habla y se da por hecha su
existencia mientras que del otro lado pasa desapercibida, no se
quiere pensar en ella.
No sólo en nuestra
sociedad esto se mantiene de alguna forma, si no que lleva formando
parte de la cultura muchos años, muchas de las religiones u otros
poderes establecidos se han apoyado en dejar apartado el deseo
femenino vinculándolo al pecado, a la no necesidad sexual, a la
búsqueda de hijos como único deseo.
Simplemente quería
invitaros a una reflexión personal , a una introspección sobre este
tema, sobre el por qué del silencio social general, no sólo en
nuestro país o ámbito social más cercano, si de forma amplia.
El libro me ha
invitado a reflexionar también sobre una falta de instinto, de
libido, tanto en hombres como en mujeres, una falta de tiempo para
dedicarnos a contemplarnos, a lo corporal, frente a tanta actividad
sin freno que parece exigirnos la vida moderna. El trabajo, el
gimnasio, las tareas de los hijos, las series de televisión, ir de
compras, estar a la última, la ajetreada vida social nuestra y de
nuestros hijos para quien los tenga... ¿dónde queda uno mismo?
¿contemplarse y contemplar al otro? ¿El deseo es sustituido por la
concatenación de actividades?
Os dejo el enlace a una entrevista con la autora por si os resulta de interés:
Referencia: Darder,
S. (2014) Nacidas para el placer, Rigden institut Gestalt: Barcelona.
Comentarios
Publicar un comentario