La ansiedad y el embarazo
En el post anterior explicamos que era la ansiedad para poder distinguirla de una reacción normal y ajustada a lo que estamos viviendo.
En muchas ocasiones, nuestras manifestaciones dejan de ser reacciones ajustadas a la realidad y se pueden convertir en reacciones patológicas, cuando esto ocurre dificulta en gran medida la vida normal de estas
personas y les hace sentir experiencias muy
desagradables en algunas
situaciones.
Algunas de las sensaciones que podemos percibir son: malestar, preocupación, hipervigilancia, tensión, temor, inseguridad, sensación de pérdida de control, percepción de fuertes cambios
fisiológicos (cardiácos, respiratorios, sudoración, sensaciones desagradables en el estómago etc.). Sin meternos en terrenos médicos, si es importante que sepamos que afecta al sistema nervioso central, sistema endocrino y sistema inmunológico lo que pueda alternar desde nuestro sistema de defensas lo que hará que nos pongamos enfermos de forma más habitual, puede descontrolar temas hormonales, hacer que desaparezca o se desregule la menstruación en las mujeres...
Los dolores de cabeza, problemas gástricos, contracturas musculares son algunos de los síntomas que nos pueden hacer pensar que estamos padeciendo ansiedad.
¿Qué ocurre durante el embarazo? Podemos decir que la ansiedad está casi siempre presente en las
mujeres embarazadas y más si es su primer embarazo. Hay estudios que explican como el embarazo puede ser una etapa de riesgo para sufrir ansiedad.
Son muchas las preocupaciones que siente la mujer embarazada, algunas relacionadas con su nuevo rol (como madre), las nuevas obligaciones, nuevos gastos, nuevos horarios...
Las preocupaciones durante el embarazo giran en torno al bienestar fetal, la salud materna,el miedo al parto, la complicación del parte que les lleve a la muerte materna, la enfermedad de la pareja y la mortalidad de los padres (Simpson W et al, 2014). Si estas preocupaciones persisten durante el embarazo, pueden causar una deficiencia funcional en todos los ámbitos de la vida de la madre (Misri S, 2015a) y un deterioro de la calidad de vida de la madre en el período post-parto.
Cuando la ansiedad continua tras el parto puede ocurrir junto con una depresión postparto lo que no sólo es problemático para la madre si no para el recién nacido. Se dificulta el vínculo con el bebé, los cuidados necesarios para su desarrollo y supervivencia, además si continua en el tiempo, la estimulación del bebé entre otras cosas puede verse muy afectada.
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