Los Reyes Magos
Sabemos
que los regalos están ya de camino pero hay algunas cosas que deberíamos tener
en cuenta por el bien de nuestros hijos.
En España se destina una media de 150€ por niño para los regalos de Navidad, se calcula que alrededor del 80% de los niños reciben 5 o más regalos y que la gran mayoría recibe 10 veces más regalos de los que necesitan.
La tendencia sigue al alza y año tras año aumenta tanto el gasto por niño como el volumen de regalos. Se sabe que hacer demasiados regalos a los niños es contraproducente, en el momento de abrirlos produce una sobreestimulación y hace que abrir regalos se convierta en un proceso automático sin ilusión ni atención ninguna.
Además puede producir una apatía y pérdida de ilusión debido al exceso de estímulos positivos. Además puede influir en su nivel de tolerancia a la frustración haciendo que quieran tener las cosas inmediatamente, sin reparar en el sacrificio que requiere conseguirlas. Estos excesos restan valor al esfuerzo, la generosidad o la austeridad.
¿Qué hacer?
La solución no es dejar de hacer regalos, si no disminuir fundamentalmente el número de estos, además de añadir cosas prácticas.
Los expertos hablan de la regla de los 4 regalos.
·
Un
regalo práctico, ya sea algo de ropa, calzado, una mochila para el colegio ...
·
Un
regalo relacionado con la lectura
·
Un
juguete que desee mucho y así cubriremos también la parte emocional.
·
Un
objeto de cualquier índole que realmente necesite.
Además
es importante elegid de acuerdo a sus gustos, su edad y primando siempre por
los artículos educativos.
¿Cómo
llevarlo a cabo?
Lo
complicado será explicar a la familia y ponerla de acuerdo. En muchas ocasiones
las familias compiten por hacer el mejor regalo el niño y se olvidan de lo que
realmente es beneficioso para el niño.
Cada
casa encuentra su estrategia, ya sea repartiendo un regalo por casa según estos
consejos, que una persona sola se encarga de comprar los regalos y luego se
comparte el gasto entre todos ...
Las
fórmulas son muchas pero debemos tener la voluntad de no fomentar un consumismo
excesivo y una devaluación de lo que les ofrecemos. En la vida real no van a
conseguir todo lo que quieren ni de forma inmediata, pero para que puedan vivir
de adultos con estas frustraciones y que no les afecten demasiado a su vida,
debemos comenzar por enseñarles durante la niñez.
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