Pérdidas gestacionales
En los últimos días han salido a la luz varias noticias relacionadas con como se gestionan en los hospitales españolas momentos tan difíciles como informar a unos padres que han perdido a su hijo durante el embarazo o nada más nacer.
Decía el jefe de ginecología del Hospital de la Paz en Madrid que existe un protocolo claro pero que no siempre se cumple y que depende del personal que te atienda en el momento.
Sus palabras me dejaron perpleja ya que es depositar en el buen o mal hacer de una persona algo muy grave, muy serio, muy triste y con grandes consecuencias para la vida de esas personas.
Desde la psicología perinatal las pautas son muy claras y todos los hospitales deberían seguir el protocolo que los expertos en salud mental recomiendan.
Cuando se ha producido un aborto hay que proceder como sigue:
- Explicación clara de la causa.
- Implicación en futuros embarazos.
- Información sobre los síntomas físicos a los que la mujer podría enfrentarse en los próximos días.
- Síntomas psíquicos probables en los próximos días, explicando claramente cuales estarían dentro de la normalidad y cuales serían causa de acudir al médico.
- Referencias sobre grupos de apoyo en la ciudad donde acudir.
- Cita para una revisión médica-psicológica a las 6 semanas.
Cuando además existe un bebé al que despedir ya sea por la pérdida es en un momento algo avanzado de la gestación o cuando el bebé ya había nacido.
Informar a los padres de la conveniencia
de ver y abrazar a su hijo muerto en un
acto de despedida, está demostrado que eso facilita la despedida, el duelo y el recuerdo. Si no lo desean quizás si deseen que se les explique como es el bebé para tranquilizarles y puedan elaborar una imagen que les ayudará a despedirse de el.
Todo este proceso debe hacerse en un lugar adecuado del hospital y no compartiendo habitación con quien ha dado a luz a un bebé vivo.
También se recomienda conservar algún recuerdo, al menos sugerirlo a los padres quienes en ese momento no han podido ni pensarlo. Puede ser una foto, una huella mano/pie, la púlsera hospitalaria, recuerdos del embarazo (ecografías)...
Además se debe dar espacio para el dolor y no aconsejar un embarazo antes de al menos 6 meses.
Por supuesto ofrecer apoyo psicológico es fundamental para que los padres puedan superarlo.
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