Trastornos de la alimentación (I): La anorexia nerviosa.


 
Voy a dedicar este breve artículo a hablar sobre uno de los dos trastornos de la alimentación más comunes, la anorexia nerviosa. Posteriormente hablaré sobre la bulimia.


Según los datos de Cruz Roja, las estadísticas arrojan datos preocupantes, estimándose que una de cada 100 adolescentes padecen anorexia nerviosa y 4 de cada 100 tienen bulimia nerviosa, las edades son también cada vez más tempranas lo que es sin duda también motivo de alarma.

La anorexia nerviosa es una enfermedad que consiste en un trastorno alimentario caracterizado por la falta anormal de apetito, un intenso miedo al aumento de peso, y una distorsión de la imagen corporal.

Existen algunos síntomas que nos hacen pensar en una Anorexia y que nos debe llevar a pedir ayuda a un especialista, si observamos que algún familiar o amigo puede encontrarse en esta situación:
Delgadez extrema y fuerte temor a aumentar de peso.
Preocupación extrema por el peso y la apariencia física.
En mujeres, puede llevar a la ausencia de menstruación.
La mayoria de los afectados son mujeres y adolescentes aunque también puede aparecer en adultos y en hombres (adolescentes o adultos).
En la mayoría de los casos, la manisfestación más notoria de la enfermedad se sitúa en torno a la pubertad y adolescencia al mismo tiempo que los cambios corporales y psicológicos.

Algunos de los síntomas psicológicos que podemos observar en una persona que la padece, son: 
 
Episodios frecuentes de intensa ansiedad.
Alteraciones en el carácter: ira, irritabilidad, agresividad.
Inseguridad, sensación de incapacidad para desempeñarse en innumerables tareas.
Síntomas obsesivos: compulsiones y rituales diversos.
Culpa y autodesprecio.
Inhibición y aislamiento social, insomnio, dificultad de concentración y aprendizaje.
Disminución o desaparición del deseo sexual.
Evitación de situaciones donde la persona pueda verse obligada a comer.

A nivel socio-cultural, requiere sin duda una reflexión ya que la anorexia se ha extendido rapidamente en los últimos 20 años en los países desarrollados apoyados sin duda por una exceso de exigencia, fundamentalmente hacia las mujeres y su aspecto físico. Los medios de comunicación, los cánones de belleza, el éxito basado en la apariencia son algunos de los factores sociales que están detrás de esta enfermedad. 
 
Acudir a un especialista, llevar a cabo una psicoterapia, apoyada en algunos casos en la farmacología y un especialista en nutrición son básicos para poder salir de esta enfermedad con éxito.


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